El amianto se usó en grandes cantidades a finales del siglo pasado. Se encuentra principalmente en forma de fibrocemento en tejados, depósitos, bajantes o jardineras, pero también formando parte otros materiales en edificios e infraestructuras.
En Cataluña se ha impulsado la aprobación del Plan nacional para la erradicación del amianto, el cual se diseña como un instrumento dinámico que desplegará sus acciones durante el periodo 2023-2032.
En cuanto a las empresas que lleven a cabo estas actividades u operaciones con amianto, hace falta que den cumplimiento del Real Decreto 396/2006, de 31 de marzo, para cualquier acción de mantenimiento, limpieza, reparación, retirada, sustitución, etc., que se decida hacer sobre un material con amianto, independientemente de si la obra es grande o pequeña.
Estas empresas tienen que estar inscritas al Registro de Empresas con Riesgo de Amianto (RERA) del Departamento de Trabajo.
También tendrán que disponer de un Plan de Trabajo genérico o específico aprobado por la autoridad laboral, donde se recojan, entre otros de otros aspectos, los procedimientos que se aplicarán para los trabajos a realizar, las medidas preventivas para limitar la generación y dispersión de fibras al ambiente y las medidas que hay que adoptar, tanto para proteger los trabajadores que la realicen como para proteger en la población de los alrededores del lugar donde se haga.
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